Es posible que usted esté de acuerdo con la propuesta genérica de ser el primero,

Una mala elección en la lucha por las primeras posiciones puede ser lo peor que le suceda a nuestro proyecto en Internet…
incluso sin saber en qué ocuparía tan aventajado puesto, ya que esa posición parece garantizarnos lo mejor. En torno al primero siempre se crea un revuelo y una expectación, incluso cuando no se entiende la transcendencia de la hazaña, que nos demuestra que ser el primero debe de tener alguna ventaja y cuando menos se podría rentabilizar ese incremento de exposición ante la repentina fama. Lo importante es destacar:

  • Ser el primero en cualquiera de las competiciones de una Olimpiada que nos garantiza el oro gracias al cual nos lloverán los contratos millonarios con las marcas comerciales.
  • Ser el primero en la convocatoria de las oposiciones nos garantiza el puesto de trabajo y una renta de autoestima perdurable durante años.
  • Terminar el almuerzo antes que los demás, nos permite elegir el mejor postre.
  • Comprar la primera edición de un raro libro puede ser una estupenda inversión que incrementará su valor con el paso de los años.

Sin embargo no siempre es tan positivo ser el primero, y en algunos casos puede ser el mal que nadie desea, de tal manera que lo más apreciado será ocupar las últimas posiciones:

  • Ser el primero en fallecer de su grupo de amigos dificilmente se convertirá en el objetivo de nadie.
  • El primer amor puede que sea inolvidable pero siempre preferiremos que el mejor sea el último.
  • En cualquier almuerzo siempre hay que empezar por el peor vino para terminar bebiendo el mejor.
  • Por si las anteriores fuesen pocas razones en contra de las primeras posiciones recuerde lo que se menciona en la Biblia: “los últimos serán los primeros”.

Usted estará pensando que todo esto puede estar bien, o mal, pero ninguna de las anteriores razones le va a convencer de que ocupar las primeras posiciones en búsquedas que se hagan en Google, relacionadas con su negocio, pueden convertirse en algo indeseable, y seguro que usted tiene razón y yo sin duda estaría completamente de acuerdo con usted. Ocupar una primera posición para expresiones como “clínicas dentales en Madrid”, o “abogados especialistas en divorcios”, o “mayorístas de juguetes”, seguro que le reportarían multitud de visitas de gran interés.

Competir por las primeras posiciones no siempre es lo mejor.

Competir por las primeras posiciones no siempre es lo mejor.

Ahora bien, el anterior planteamiento no es del todo correcto o más bien diría que demuestra una pésima adecuación a la realidad de la competición por las primeras posiciones, es decir, antes de plantearnos si queremos ser los primeros en nuestras “soñadas expresiones” deberíamos de averiguar si son esas expresiones, o palabras clave, las que de verdad nos interesan. Tenga en cuenta que esas primeras posiciones no están ahí para ocuparlas cuando se nos antoje, y tampoco se pueden comprar posiciones en los resultados orgánicos de Google, por lo tanto una pregunta más lógica para los inicios de cualquier campaña de promoción sería ¿qué nos va a costar ocupar las primeras posiciones?. No me refiero sólo a dinero, también a tiempo.

Centrarse en muy pocas palabras clave o expresiones que son muy competidas, en algunos casos habría que decir que son terriblemente competidas, puede ser el mayor error y al mismo tiempo desastre, que se cometa en una campaña de promoción. Se puede comprender que los dueños de un hotel que acabe de inaugurarse en Madrid desearán ocupar la primera posición en Google por:”hoteles en Madrid”. Eso sería genial, pero tal vez a los propietarios del hotel se les ha pasado por alto que hay cientos de hoteles que llevan años trabajando para ocupar esas primeras posiciones y además hay miles de sitios web que ofrecen información sobre los hoteles de Madrid o permiten hacer reservas de habitaciones. ¿Acaso con este panorama sería lógico suponer que esas primeras posiciones se podrán alcanzar en un tiempo razonable? Seguramente esto no será así, y lo peor es lo que se deriva de esa lucha sin demasiado sentido por expresiones o términos muy competidos en los inicios de cualquier promoción: nos habremos centrado en unas expresiones que nos condenarán a ocupar posiciones muy alejadas de las primeras y por lo tanto nadie visitará nuestro sitio web pues nadie podrá localizarlo. Esa es la terrible conclusión de una mal planteamiento de la promoción de un sitio web.

Es más acertado considerar términos que estén a nuestro alcance en un planteamiento más realista con nuestro pequeño tamaño inicial…

Por lo tanto luchar por las primeras posiciones también pueden ser lo peor que nos puede suceder cuando nos centramos en términos muy competidos, más aún cuando nuestro sitio web acaba de comenzar su marcha y tenemos por lo tanto un dominio recién registrado. Partimos de la peor situación imaginable y en esas circunstancias sólo se nos ocurre iniciar la lucha con los pesos pesados que llevan años generando contenido y consiguiendo enlaces.

¿Qué tendríamos que hacer entonces?

Sería mucho más sensato comenzar con un trabajo que tuviese una mayor amplitud de miras, dedicándonos a términos que igualmente nos permitirán captar nuevos clientes pero que tienen una carga de dificultad en cuestiones de posicionamiento mucho menor. Trabajaremos por lo tanto con lo que se conoce como long tail, que es esa larga cola de expresiones que pueden estar más cerca de nuestras posibilidades.

Además diversificaremos nuestros esfuerzos atendiendo también a la amplia variedad de “trampolines” desde los cuales pueden llegar visitantes de calidad a nuestro sitio web.

En Promo Up trabajamos así, adecuando el plan de promoción de sitios web a lo que en cada momento está más a su alcance y mejorando día a día para captar aún más clientes en la lucha por nuevos términos de búsqueda, lo hacemos así  porque cuidamos al máximo la inversión de nuestros clientes.

 

 

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